Guia para tontos sobre Oracion A San Francisco De Asis Para Animales Perdidos
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oracion a san francisco de asis para animales perdidos
A la vista de su devota y santa intención, los hermanos quedaron muy edificados de y alabaron a Dios, que realiza cosas tan increibles en sus santurrones. El verdadero discípulo de Cristo San Francisco, mientras que vivió en esta vida miserable, ponía todo su esfuerzo en seguir a Cristo, el especial Maestro. Así sucedía frecuentemente, por obra divina, que en el momento en que él curaba a alguien el cuerpo, Dios le sanaba al mismo tiempo el alma, como se lee de Cristo. Por esto, no sólo servía él con gusto a los leprosos, sino que había ordenado a los hermanos de su Orden que, en el momento en que iban por el mundo o se detenían, sirviesen a los leprosos por amor de Cristo, que por nosotros quiso ser tenido por un leproso.
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En los comienzos de la Orden, estaba una vez San Francisco reunido con sus compañeros en un eremitorio comentando de Cristo; en esto, impulsado por el furor de su espíritu, mandó a uno de ellos que, representando a Dios, abriera la boca y charlase de Dios como el Espíritu Santo le inspirase. Hermano Maseo, tus compañeros desean compartir los oficios que te he encomendado; quiero, pues, que esos oficios se repartan entre todos. Padre -ha dicho el hermano Maseo con enorme humildad y paciencia-, lo que tú dispones, en todo o en parte, yo lo acepto como venido de Dios. En aquel mismo instante, algunos hombres de Siena estaban luchando entre sí, y habían muerto ahora dos de ellos; llegando San Francisco, les predicó con tal devoción y fervor, que los indujo a hacer las paces y a vivir a lo grande unidad y concordia. Sabedor el obispo de Siena de la santa obra que había efectuado San Francisco, le invitó a su casa y le recibió con grandísimo honor, reteniéndolo aquel día y asimismo la noche. Por la mañana siguiente, San Francisco, que, como verdadero humilde, no se procuraba a sí mismo en sus acciones, sino la gloria de Dios, se levantó temprano con su compañero y partió sin saberlo el obispo.
El hermano Felipe, viendo su candor y su santa intención, le logró aquel permiso. De este modo, pues, el hermano Juan se dispuso con grande gozo para ir, dando por seguro que en el final de aquel viaje iría al paraíso. Estando en este devoto pensamiento, se le apareció la Virgen María con San Juan Evangelista y San Francisco, vestidos de nobilísimas vestiduras de gloria bienaventurada; pero San Francisco aparecía vestido de una veste más hermosa que San Juan. Padre amadísimo -respondió-, por la gracia de Dios y por vuestra enseñanza, me ha ido bien, por el hecho de que no estoy condenado; pero, debido a algunos pecados que cometí y que no tuve tiempo para expiar bastante, estoy sufriendo penas muy enormes en el purgatorio. Te suplico, padre, que de la misma manera que me has ayudado en el momento en que se encontraba vivo, de esta manera ahora poseas a bien socorrerme en mis penas rezando por mí algún padrenuestro, en tanto que tu oración es tan poderosa ante Dios.
Tú, Peregrino, proseguirás en la Orden el camino de la humildad, y tú, hermano Ricerio, te pondrás al servicio de tus hermanos. Y fue de este modo, por el hecho de que el hermano Peregrino rehusó ser sacerdote y se quedó como lego, aunque era muy docto y grande canonista. Debido a esta su profunda humildad, llegó a enorme perfección en la virtud, hasta el punto que el hermano Bernardo, el primogénito de San Francisco, dijo de que era uno de los hermanos más perfectos de este planeta. Finalmente, este hermano Peregrino pasó, lleno de virtudes, de esta vida a la vida bienaventurada, realizando varios milagros antes y tras la muerte. Estos vestidos de brocado, tan hermosos, que llevamos, nos fueron dados en lugar de la aspereza de las túnicas que llevábamos pacientemente en la vida religiosa; y la gloriosa claridad en que nos ves envueltos nos ha sido dada por Dios como premio a la penitencia humilde y a la santa pobreza, obediencia y castidad que hemos guardado hasta el fin.
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Desde ese momento, se sumergió en distintos proyectos, como la reconstrucción de la capilla de la región, siempre y en todo momento contra la opinión de su padre, que trató de procurarlo en vano, ya que San Francisco estaba escondido. Fundó la orden de los franciscanos según los requisitos de la Iglesia y les solicitaba a los monjes obedecer a los obispos. San Francisco vivió su historia ofreciendo sacrificios a Dios. Son famosas las anécdotas de los pajaros pequeños que venían a escucharle en el momento en que cantaba las grandezas del Señor, del conejillo que no quería separarse de él y del lobo amansado por el santo. En 1224 se retiró al Monte Alvernia y se edificó ahí una pequeña celda.
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Todos ellos han recibido este orden con alegría de corazón y rostro feliz. Y, cuando San Francisco terminó su plática, todos se pusieron en oración. Estaba presente a todo esto Santo Domingo, y halló extrañísimo semejante orden de San Francisco, juzgándolo indiscreto; no le cabía que tal muchedumbre pudiese ir adelante sin tener precaución alguno de las cosas anatómicos. Pero el Pastor supremo, Cristo bendito, para demostrar que él tiene precaución de sus ovejas y circunda de amor singular a sus pobres, movió al punto a los habitantes de Perusa, de Espoleto, de Foligno, de Spello, de Agarráis y de toda la comarca a llevar de tomar y de comer a aquella santa reunión.
Te suplico, padre -le ha dicho San Francisco- que lleves con paciencia mi permanencia aquí por ciertos días, puesto que me siento muy aliviado, y deja, por amor de Dios y de este pobrecillo, que cada uno de ellos tome uvas de esta tu viña; que yo te prometo, de parte de nuestro Señor Jesucristo, que te debe de dar este año veinte cargas. Hijos míos, grandes cosas hemos prometido, pero mucho superiores son las que Dios nos ha prometido a nosotros; mantengamos lo que nosotros hemos prometido y aguardemos con certeza lo que nos ha sido prometido. Corto es el deleite de todo el mundo, pero la pena que le sigue después es perpetua. Pequeño es el padecer de esta vida, pero la gloria de la otra vida es infinita.
- Después de salir de prisión, Francisco escuchó la voz de Cristo, quien le dijo que reparara la Iglesia Cristiana y viviera una vida de pobreza.
- En determinada ocasión en que estaban de familia juntos en un lugar San Francisco y el hermano Elías, fue revelado por Dios a San Francisco que el hermano Elías estaba condenado, que apostataría de la Orden y que, finalmente, moriría fuera de la Orden.
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Otros hacen la oracion a san francisco de asis por los animales perdidos, confiando en que de esta manera aparezcan. Por tal razón, las mamás hacen la oracion a san francisco de asis por los animales perdidos. ¿Quién no vió llorar a un niño por su mascota perdida? Conozca cual es laoracion a san francisco de asis por los animales perdidos, para que logre consolar a su hijo. Giovanni di Pietro Bernardone, conocido como San Francisco de Asís, quien en vida era un fraile de origen italiano, llegó al planeta en el siglo XIII, fue quien fundó la Orden Franciscana, y la orden de las Religiosas Clarisas, correspondientes a la Iglesia Católica, durante la temporada de la edad media.
Y, terminado que hubieron la bendita refección, Santa Clara volvió bien acompañada a San Damián. Seas, ya que, bendito de nuestro Señor Jesucristo y de mí, siervo suyo pobrecillo, con bendición eterna, en tu caminar y en tu reposar, despierto y dormido, en vida y en muerte. Quien te bendiga sea lleno de bendición y quien te maldiga no quede sin castigo. Sé el jefe de tus hermanos y a tu mandato obedezcan todos ; ten facultad para recibir aspirantes a la Orden y para expulsar a los que tú quieras; y ningún hermano tenga potestad sobre ti y tengas independencia para ir y estar donde te agrade. El hermano Bernardo, arrodillándose humildemente e inclinando la cabeza, recibió la obediencia del Padre santo y se quedó en aquel sitio, mientras San Francisco siguió con los demás compañeros para Santiago. Llegados allí, se hallaban a lo largo de la noche en oración en la iglesia de Santiago, cuando le fue revelado por Dios a San Francisco que tenía que fundar varios conventos por el planeta, ya que su Orden se tenía que prolongar y medrar con una gran muchedumbre de hermanos.