Qué hacer Acerca de Oracion Por Un Hijo Enfermo

oracion por un hijo enfermo

A pesar de la incomodidad que nos genera su enfermedad, desde el pesar y la confusión, si este padecimiento es algo que tu puedes permitir, aceptamos este tiempo como ocasión de purificación, de dejadez en tus manos, de ofrenda dadivosa de nuestras existencias. Mi Señor Jesús, acudo hoy, como el oficial real del Evangelio, a solicitarte que bajes y cures a nuestro niño de todas los padecimientos sentimentales, mentales y físicos que tienen efecto sobre su salud. Cuando fue oído por aquel que Jesús había arribado de Judea a Galilea, asistió a y le imploró que bajara y curara a su hijo, que se encontraba a puntito de perecer. Padre mío, acepto que estos momentos críticos me dan debilidad y están logrando que desatienda mi fe para enfrentarlos. Ayúdame a fin de que este instante signifique una ocasión para unirme desde el sufrimiento hacia Ti. El Señor sana a los afligidos y les venda las lesiones.

Sé que cumplirás tu propósito en su vida y que muy pronto veré a mi hijo sano y libre de todo síntoma. Te solicitamos por la gloria del Padre del cielo, que sanes a los enfermos que van a leer esta oración. Haz que crezcan en la fe, en la promesa, y que reciban la salud para gloria de tu Nombre. Hoy, Señor, te presentamos en fe a todos los enfermos que nos han pedido oración y te solicitamos que los alivies en su patología y que les dés la salud.

Oración Por Los Hijos

Oh Señor permítenos que, siguiendo lo alcanzado por San Juan de Dios portemos en el corazón y expresemos en la practica el cariño a los humildes, a los que padecen y están faltos, y alarga tu usual benevolencia sobre ……. Glorioso y también ilustre San Juan de Dios, sé que lo que te solicito llegara a tus oídos, y por ello te lo agradezco por adelantado, y me quedo aguardando con toda la ilusión y fe que tal como mi alma, mi corazón logren contener. Para que cure sus males y le retorne a la salud, a fin de que logre tener una prolongada y buena vida, le-la adoramos y requerimos junto a nosotros, …… es nuestra júbilo y colma de felicidad nuestras existencias. San Juan de Dios, venerable patrón de los que enfermos están, que escogiste a los más necesitados y a los que sufrían para darles tu amor y tus atenciones por representar al Cristo sufriente, y te empeñaste en darles amabilidad y caridad. Dios, por tu fortaleza, cura toda dolencia de mi hijo enfermo.

Confiada estoy que, por tu infinita misericordia, ahora está sanando ahora mismo mi hijo y recuperando su salud. Como madre, sabes el mal que me inquieta por mi hijo _____________ y, por esto, sé que comprendes mi preocupación ante esta patología. Así podrá comprender que en Jesús realmente se encuentra el poder de sanidad por los seres queridos y que únicamente Dios es el que realmente quiere ayudaros a tener la sanidad divina y la vida eterna a su lado. “Fue, ya que, Jesús otra vez a Caná de Galilea, en donde había llegado a transformar el agua en vino.

Pasa tu mano sanadora sobre a fin de que se alivie de todo mal, bríndale tus cuidados para que próximamente se restituya, según sea tu intención. A pesar de la preocupación que me ocupa por el mal y el desconcierto, te digo que si esta enfermedad está dentro de lo que dejas, acepto este instante de purificación y entrego a ti en ofrecimiento desprendido de mi vida. Vengo el día de hoy con humildad a postrarme frente a ti para solicitarte, que poses tus Santas y Honorables Manos sobre él y logres su sanación.

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Precisamente, él se encontraba muy molesto por algo, y yo ni siquiera sabía por qué, y mucho menos sabía qué hacer al respecto. Cuando era pequeño, yo podía dejarlo plañir o lograr que se quedara en su habitación hasta que “se sintiese feliz,” o quizás sencillamente abrazarlo hasta que se sintiese mejor. Lee Devocionales diarios Aliento bíblico diario para ayudarte navegar la vida diaria a través de la verdad de la Palabra de Dios. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Para ti toda la gloria por los siglos de los siglos. Por esto, te alabo con fe, mi Señor, y te reconozco como mi Señor y Salvador.

Pero asimismo quisiera que no consideres la oración como un último esfuerzo en su crianza. No desearás aguardar hasta que un hijo dé un portazo para comenzar a rezar por él. Y en el momento en que digo “rezar”, no me refiero a una oración básica de “bendice a mi hijo”, sino más bien a una oración clamando “Señor, por favor ayúdalo” con lágrimas en mis ojos y angustia en mi pecho. Confiando en que Él toque a mi hijo en los sitios a los que no podría llegar aún si lo intentara. Declaro vida en abundancia corriendo por sus venas llenando todo su cuerpo con una nuevas fuerza, vitalidad y con nuevos bríos.

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Fortalece sus pulmones y límpialos de toda impureza. Elimina toda infección de su cuerpecito y que tu mano de sanidad sea sobre . Declaramos que tu propósito se cumplirá en su historia, Señor.

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Consuela todos sus males y comunica que va a ser libre de toda dolencia, mitiga todo pesadumbre en el cuerpo de mi hijo, te imploro con mi amor, escucha nuestros rezos. Mi seguridad es total en ti, para quien no hay inviábles ni los inaccesibles, Adorado padre, pongo mi fe en ti, y quedo a tu merced, con apenas sanar a mi hijo, voy a estar colmado de alegría. Amado Señor, que conoces el corazón de todos tus hijos y atiendes las súplicas de todos lo que nos reunimos en Ti. Mis loas son en tu honor, mi solicitud se dirige a mi hijo a quien conoces y asimismo amas.

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